Las piezas que se incluyen en el museo son una pequeña representación del fondo de materiales de que se dispone para el estudio de la secuencia histórica del yacimiento; tal vez son las piezas más llamativas pero no por ello las más importantes.
La importancia no radica en la pieza en sí sino en la información que nos aporta y para ello es necesario estudiarla dentro del contexto estratigráfico en el que se ha encontrado; por lo que son los conjuntos los que nos permiten establecer relaciones, identificar producciones y usos.
El proceso de estudio de una pieza empieza por el correcto registro arqueológico en el propio yacimiento y la asignación de la UE que corresponda; se continúa con el lavado y siglado de la pieza, su registro fotográfico y dibujo en el laboratorio.
El proceso continua analizando las pastas y acabados externos así como estableciendo a que forma pertenece mediante la utilización de tipologías al uso; análisis que nos puede aportar información sobre el talleres de producción, sobre su difusión y comercio, cronologías, así como la funcionalidad que se les dio.
Pese a todo ello, las piezas que presentamos sirven de ejemplo al estudio tipológico, análisis y estudios a los que nos referimos.